Eventos climáticos extremosde tempestades de nieve a huracanes y sequíasson efectos secundarios probables de un clima en transición, pero la mayoría de los científicos mantienen que las variaciones de tiempo de año a año no pueden conectarse al enfriamento o calentamiento del planeta.© Getty Images
A primera vista puede parecer ciertamente que eso es asé. Pero solo porque algunos de nosotros estemos sufriendo con un invierno particularmente fréo y nevoso no refuta el hecho de que el globo se estã calentando a medida que continuamos inyectando diñxido de carbono y otros gases de efecto invernadero en la atmñsfera.
Segün la Direcciñn Nacional Aeronãutica y Espacial (NASA), los 10 años mãs calientes en la historia han ocurrido desde 1997. Y la Administraciñn Atmosférica y Oceanogrãfica Nacional (NOAA) informa que las ültimas décadas han sido las mãs calientes desde por lo menos el año 1000 de la era Cristiana, y que el calentamiento que hemos visto desde el siglo diecinueve es sin precedentes durante los 1.000 años pasados.
"No se puede decir mucho sobre el clima o donde se dirige examinando solamente un déa particularmente frégido, o una estaciñn, o un año, incluso," escribe Eoin O’ Carroll del Christian Science Monitor. "La historia real se ve en las tendencias a largo plazo," concurre el Dr. Gavin Schmidt, climatologista con el Instituto Goddard de la NASA para estudios del espacio.
La mayoréa de los cientéficos convienen que necesitamos distinguir entre el tiempo y el clima. El NOAA define el clima como el promedio del tiempo por lo menos por un peréodo de 30 años. DE modo que aberraciones periodicas—como las tormentas invernales cruentas que devastan el sureste y otras partes del paés este invierno—no invalidan la ciencia del calentamiento del planeta a causa de la actividad humana.
La otra cara de la pregunta, por supuesto, es si el calentamiento del planeta es por lo menos en parte culpable por el tiempo invernal notablemente severo que hemos visto. Como precisamos en una columna reciente de DiãlogoEcolñgico, las temperaturas mãs calientes en el invierno de 2006 impidieron que el lago Erie se congelase por primera vez en su historia. Esto condujo realmente a nevadas crecientes porque mãs agua de evaporaciñn del lago se ebcontrñ disponible para la precipitaciñn.
Pero aunque los eventos mãs extremos de tiempo de todo tipo—de nevazones a huracanes a sequéas—-son probablemente efectos secundarios de un clima en transiciñn, la mayoréa de los cientéficos mantienen que ninguna variaciñn de año tras año en el tiempo se puede ligar directamente a un clima que se estã calentando o enfriando.
Incluso la mayoréa de los escépticos del calentamiento del planeta estãn de acuerdo que un peréodo breve de fréo intenso,
o una tormenta monstruo no tiene ninguna relevancia en el debate de si el problema del clima es verdadero. Un escéptico de este tipo, Jimmy Hogan del sitio web Rational Environmentalist escribe, "si estamos rechazando la prueba anecdñtica que refuta el calentamiento del planeta, debemos al mismo tiempo botar la prueba anecdñtica que la apoya." Hogan cita grupos ambientalistas que avanzan al huracãn Katrina como prueba del calentamiento del planeta como ejemplo de esta ültima posiciñn.
En todo caso, todos debemos tener presente que cada vez que subimos el termñstato este invierno para combatir el fréo, estamos contribuyendo al calentamiento del planeta al consumir mãs energéa de combustible fñsil. Hasta que podamos cambiar nuestra economéa a fuentes de energéa mãs verdes, el calentamiento del planeta serã un problema, sin que importe cuãn caliente o fréo esté afuera.
CONTACTOS: NASA; NOAA.