Semana del 17/7/11

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Querido DiálogoEcológico: ¿Por qué no reprocesamos nosotros y reutilizamos nuestros desechos nucleares como lo hace Francia? ¿Sería posible que empezaramos a hacer así?

— Albert Jukowsky, Silver Spring, MD

Volviendo a tratar los desechos nucleares para extraer más energía de ello, aunque caro y polémico, es en efecto todavía practicado en Francia, el RU, Rusia, India y Japón—pero no en Estados Unidos, donde fue inventado. El proceso implica descomponer químicamente el combustible nuclear gastado y recuperar el material fisionable para uso en nuevos combustibles. Los partidarios señalan el beneficio de reducir la cantidad de desechos nucleares, que resulta en materiales menos radioactivos que deberían ser almacenados bajo gran seguridad.

El reprocesamiento nuclear fue desarrollado primero en EEUU como parte del Proyecto Manhattan de la era de la Segunda Guerra Mundial, para crear la primera bomba atómica. Después de la guerra, la industria embrionaria de energía nuclear empezó el trabajo de reprocesar sus desechos en grande escala para extender la vida útil del uranio, un recurso escaso en aquel momento. Pero los intentos de reprocesamiento comercial fallaron debido a problemas técnicos, económicos y reglamentarios. El sentimiento anti-nuclear y el temor de proliferación de armas nucleares en los años setenta llevaron al Presidente Jimmy Carter a terminar el apoyo federal para el desarrollo del preprocesamiento. El ejército continuó reprocesando desechos nucleares por propósitos de defensa, aunque, con el desplome de la Unión Soviética y el fin de la Guerra Fría la expansión indefinida de nuestro arsenal nuclear se convirtió en algo innecesario.

Más recientemente, George W. Bush empujó un plan, el Proyecto Nuclear Global de Energía (GNEP), para promover el uso de energía nuclear y subvencionar el desarrollo de una nueva generación de tecnologías “resistentes a la proliferación nuclear” que se podrían sacar para beneficio del sector de energía atómica comercial. Los científicos federales ingeniaron métodos prometedores para reprocesar combustible nuclear y minimizar el desecho resultante. Pero en junio de 2009 la administración de Obama canceló el GNEP, citando preocupaciones de costo.

Los defensores de la energía nuclear—y del reprocesamiento, en particular—no se quedaron muy contentos con la cancelación del GNEP, especialmente en vista de la decisión anterior de Obama de cerrar Yucca Mountain como el depósito futuro de desechos nucleares de EEUU. “El GNEP se puede haber ido, pero la necesidad de reciclar combustible gastado en este país es más importante que nunca a causa de la decisión estúpida del gobierno de cerrar Yucca Mountain,” dijo Danny Negro de la Alianza de Carolina del Sur, un grupo económico regional de desarrollo, en el blog Ecopolitology. “Sin Yucca Mountain, la industria está bajo mayor presión para hacer más con el reciclaje”.

Pero en 2007 un informe del grupo no comercial Instituto Para la Energía e Investigación Ambiental (IEER) parecería justificar la decisión de Obama. IEER encontró que volver a tratar los desechos nucleares aumentaría realmente nuestro volumen de desechos seis veces. IEER también indicó que Francia, que administra la operación más eficiente del mundo de procesamiento, gasta cerca de dos centavos por kilovatio-hora más por electricidad generada del combustible nuclear reprocesado en comparación con el generado a base de combustible fresco. IEEE informa adicionalmente que los costos de construcción de los reactores necesarios para convertir materiales atómicos gastados en combustible utilizable “crearía costos y riesgos intolerables”.

Por el momento, las centrales nucleares de EEUU continuarán almacenando desechos en sus sitios, refrescando las barras gastadas en piscinas especiales de agua por más de un año y a continuación empotrándolas

en acero grueso y cofres de concreto. Aunque la proliferación y el terrorismo han sido por mucho tiempo riesgos asociados con el establecimiento de centrales nucleares en el territorio norteamericano, acontecimientos recientes en Japón subrayan que la Naturaleza misma presenta amenazas. Como tal, los partidarios del reprocesamiento probablemente no tengan muchas posibilidades de revitalizar sus planes en un clima político ahora tan hostil al desarrollo nuclear.

CONTACTOS: Ecopolitology; IEER.


Querido DiálogoEcológico: Entiendo que el gigante de comidas rápidas YUM! Brands, el propietario de KFC, está siendo criticado por Greenpeace y otros grupos por la destrucción de la selva húmeda. ¿Qué está pasando?

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— Betsy Barnard, Wellesley, MA

YUM! Brands, que opera 38.000 restaurantes de comida rápida (barata) en 110 países (e incluye KFC, Pizza Hut, Taco Bell, WingStreet, A&W y Long John Silver’s), ha caído en la línea de fuego recientemente ya que Greenpeace y otros grupos de apoyo a la pluviselva la están atacando por procurar aceite de palma, papel y otros productos de suministradores notorios por su destrucción de las selvas húmedas de Indonesia y otras partes. Mientras que McDonald’s y Burger King han trabajado en los últimos años para cortar sus lazos con compañías de aceite de palma y madereras vinculadas con la destrucción de la pluviselva, YUM! continúa ignorando el clamor para que obtenga sus recursos más responsablemente.

Las selvas húmedas tropicales de Indonesia constituyen el hábitat de orangutanes, tigres, elefantes, leopardos y docenas de otras plantas y animales actualmente en peligro. Los ecologistas indican que 40 por ciento de las pluviselvas de Indonesia ha sido deforestadas en el último medio siglo, en su mayor parte para abrir camino a plantaciones de aceite de palma. La madera resultante se vende usualmente a altos precios para fines de papel y pulpa, mientras que el aceite de palma trae ingresos continuos para diversas multinacionales a pesar de que están despojando tierras que en su tiempo eran ricas en biodiversidad.

Las pluviselvas tropicales también secuestran cantidades significativas de bióxido de carbono (CO2) en su biomasa leñosa creciente; y su tala sólo acelera la tasa de calentamiento climático ya que permite que escape más CO2 a la atmósfera, donde contribuye al efecto invernadero. A pesar de un moratorio parcial con respecto a la destrucción de las selvas húmedas anunciado por el gobierno indonesio en mayo de 2011, los analistas creen que casi la mitad de lo que queda de las pluviselvas tropicales del país serán destruidas dentro de dos décadas.

La sobre-explotación de recursos naturales—y la deforestación en particular—es un obstáculo inmenso al crecimiento de Indonesia. Según el Instituto Rajawali para Asia de la Escuela Kennedy de Gobierno de Harvard, al eliminar su capital natural por ganancias insignificantes, Indonesia ha perdido $150 mil millones en futuras rentas entre 1990 y 2007, aniquilando un tercio de los ahorros del país en el proceso.

Existen “riesgos económicos mayores para sectores de agricultura y madera del Asia Sudoccidental si ellos no hacen algo de inmediato para conservar sus bosques,” indica Glenn Hurowitz, profesor con el Centro Para Política Internacional. “Los consumidores globales demandan cada vez más productos no ligados a la deforestación,” dice él, agregando que Nestlé, McDonald, Unilever y otros han prometido obtener su aceite de palma de fuentes certificadas como “sostenibles’ por la Mesa Redonda Sobre Aceite de Palma Sostenible.

¡YUM! Brands no son los únicos ofensores. Greenpeace también ha concentrado su fuego en Mattel (juguetes) por apoyar a suministradores que contribuyen a la deforestación de Indonesia. Y dos niñas scouts de Michigan se horrorizaron al descubrir que las galletas que vendían contenían aceite de palma obtenido en tierras deforestadas de Indonesia. Ellas propagaron la noticia a otras niñas scouts a través del país, y miles de ellas han dejado de vender las galletas como resultado.

Los consumidores preocupados deberían escribir a la compañía una carta pidiéndoles que dejen de usar productos derivados de tierras deforestadas de la pluviselva. Greenpeace lo hace fácil ofreciendo una carta preparada en línea que los simpatizantes pueden firmar y el grupo se encargará de entregar el mensaje directamente a los ejecutivos de YUM!

CONTACTOS: YUM! Brands; Center for International Policy; Roundtable on Sustainable Palm Oil,; Greenpeace Form Letter to YUM!.