Semana del 20/5/12

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Querido DiálogoEcológico: Entiendo que se está tratando de permitir la entrada de vehículos tipo todo terreno, motonieves, motos, motonaves y otros vehículos motorizados en áreas vírgenes, lo que revocaría una prohibición antigua. ¿Qué está detrás de esto?

— Harry Schilling, Tempe, AZ

Un nuevo proyecto de ley que avanza por el Congreso, la Ley de Oportunidades de Herencia de Pesca y Caza Recreacionales (H. 2834), busca hacer tierras públicas federalmente manejadas que comprenden millones de acres de propiedad del Servicio Forestal y la Oficina de Administración de Tierras más accesibles a cazadores y pescadores. Y un elemento clave del proyecto estipula permitir vehículos motorizados y equipos—siempre que sean utilizados para la caza o la pesca—en estas áreas. Los grupos ecologistas más prominentes están indignados porque esto socavaría la Ley de Zonas Vírgenes de 1964 que prohíbe expresamente automóviles en estos últimos vestigios salvajes de superficie norteamericana.

Según la Wilderness Society, un grupo no comercial, la provisión sobre vehículos motorizados “tendría como resultado precisamente la destrucción del valor de las áreas virginales que millones de cazadores y pescadores norteamericanos estiman altamente”.

“El efecto real podría ser abrir todas los áreas designadas como vírgenes a vehículos de todo terreno, a motonieves, motos, motonaves, a las sierras de cadena y otros vehículos y equipos motorizados…” advierte el presidente de la Wilderness Society William Meadows en una carta al Congreso. Agrega que edificios, torres y caminos provisionales podrían ser construidos aún en tramos actualmente prístinos de las zonas vírgenes si el proyecto se hace ley.

Pero lo que preocupa más a Meadows y otros son el idioma del proyecto que dice que “cualquier requisito impuesto por [la Ley de Tierras Vírgenes] será aplicado sólo en la medida en que facilite o aumente el propósito o los propósitos primarios originales por los cuales se establecieron las tierras públicas federales o la unidad de tierra y no interfiere sustancialmente con o dificulta tal propósito o propósitos”. Meadows teme que esto pueda ser interpretado como para permitir construcción de caminos, forestación, minería, explotación petrolífera y de gas y otro desarrollo en nuestras restantes áreas vírgenes.

Otro problema que tienen los ecologistas con este proyecto es que eximiría decisiones hechas o acciones tomados con respecto a la caza y la pesca en tierras federales de examen ambiental federal y publicación de reglamentos públicos establecidos bajo la Ley de Política Ambiental Nacional (NEPA) de 1969. La Wilderness Society informa que esta parte de H. 2834 mantendrían al público y otras partes concernidas fuera de las decisiones pertinentes, comprometiendo así no solamente la integridad de las áreas vírgenes sino también otros tipos de tierras protegidas.

Primero introducido en la Cámara de Diputados el mes de septiembre pasado por el Republicano de Michigan Dan Benishek (con 45 copatrocinadores bipartitos), H. 2834 pasó el Comité de Recursos Naturales de la cámara dentro de tres meses y está ahora listo para un voto pleno de la Cámara esta primavera. Si pasa entonces, el Senado tomará una versión gemela, S. 2066, patrocinada por el Republicano de Alaska Lisa Murkowski y el Demócrata de Virginia Occidental Joe Manchin. Según cómo resulte esto, el proyecto podría estar en el escritorio del Presidente para el verano.

“La pesca y la caza recreativas son actividades importantes y esenciales en nuestras tierras públicas federales,” concluye la Wilderness Society, “pero las provisiones antivirginales del proyecto H. 2834 no deben ser permitidas que se hagan ley”.

CONTACTOS: H.R. 2834; Wilderness Society.


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Querido DiálogoEcológico: ¿Qué opinan los grupos verdes acerca del nuevo proyecto de Ley Agrícola de 2012 recientemente dado a conocer por el Senado?

— Roger Wheeler, Miami, FL

Como tanta legislación que viene saliendo de Washington, D.C., los grupos verdes están divididos con respecto al nuevo Proyecto de Ley Agrícola ahora avanzando hacia un voto en el congreso. Hay sin duda algunos lugares que dan esperanza en el proyecto, pero la cuestión es, ¿Son suficientes y van lo suficientemente lejos?

La organización sin fines lucrativos Environmental Working Group (EWG) cree que no. “Desafortunadamente, el proyecto… hará más daño que bien,” dice Craig Cox, un experto en agricultura y recursos naturales con el EWG. “Sacrifica innecesariamente programas de conservación y ayuda alimentaria para financiar subvenciones ilimitadas de seguros y nuevos derechos para negocios agrícolas sumamente rentables”. Cox es crítico del nuevo proyecto porque reemplaza en esencia una subvención a granjas exitosas grandes (las que tienen menos necesidad) con otra: “En vez de sencillamente terminar el desacreditado programa de pagos directos, el Comité de Agricultura del Senado ha creado un nuevo programa caro de derechos que garantiza la mayor parte de los ingresos a negocios agrícolas que ya disfrutan de ganancias sustanciales”. El llama reemplazar los pagos directos con un programa de garantía de ingresos “un juego cínico fraudulento que debería ser rechazado por el Congreso”.

En materia de conservación, Cox está consternado que el proyecto de ley no cubre “el impacto de producción agrícola de valla a valla, que pone presión inaudita en nuestra tierra, agua y fauna”. EWG querría ver al proyecto ley incluir lenguaje que forzara a los agricultores a proteger los humedales frágiles y pastizales, aparte de la salud de los suelos en general, a cambio de recibir las subvenciones de seguros. “En combinación, el nuevo programa de derechos, subvenciones secretas ilimitadas de seguros, reducciones a los programas de conservación y altos precios de materias primas crarán incentivos fuertes para arar los delicados humedales y pastizales y borrar así muchas de las victoria ecológicas logradas por la agricultura en años recientes,” indica Cox.

Por el lado positivo, Cox aplaude provisiones en el proyecto que crean y expanden programas que apoyan dietas sanas y la agricultura orgánica, así como los que procuran expandir los lazos entre granjeros y consumidores locales. “También apoyamos los esfuerzos de reformar los programas de conservación para conseguir más beneficio de conservación por cada dólar,” concluye, agregando que EWG espera trabajar con legisladores para reforzar las provisiones de conservación y nutrición del proyecto, y para colocar límites sensatos a subvenciones para granjas sumamente gananciosas.

Otra respetada organización sin fines lucrativos, American Farmland Trust (AFT), es más optimista, en general, con respecto al proyecto frente al Senado. El grupo aprecia el hecho que la financiación de programas de conservación se mantiene en absoluto, dado el clima adverso económico que atravesamos y la resistencia a aprobar fondos para programas no urgentes. AFT también alaba el proyecto por su compromiso de apoyar las tierras de cultivo y de ganadería a través de una nueva opción de Servidumbre de Tierra Agrícola que ayudará a proteger las tierras cultivadas manteniéndolas en uso agrícola.

“Nuestra nación tiene una necesidad crítica de proteger tierras agrícolas y de ganadería,” dice el presidente de AFT Jon Scholl, agregando que EEUU perdió una superficie equivalente al tamaño de Indiana en los últimos 30 años. “Servidumbres permanentes de conservación protegen la tierra contra el desarrollo, salvaguardan las economías agrícolas locales y ayudan a granjeros y rancheros a hacer la transición de sus tierras a la próxima generación”.

Un voto sobre la versión final de la cuenta podría tener lugar tan temprano como este verano.

CONTACTOS: EWG, AFT.