Semana del 30/10/11

© Simon Law, Wikipedia

Querido DiálogoEcológico: He observado que algunas tintorerías ofrecen “limpiado en húmedo” en comparación con la limpieza en seco. ¿Cuál es la diferencia? ¿Es mejor para el ambiente?

— Elizabeth Connelly, Tampa, FL

La industria de limpiado en seco ha sido atacada en los últimos años por su uso de percloroetileno (“perc”), un solvente químico nocivo que hace una buena labor como limpiador y no daña tejidos frágiles pero que también es considerado un contaminante peligroso del aire por la Agencia de Protección del Medio Ambiente de EEUU (EPA) y un cancerígeno humano probable por la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer.

También, la exposición al perc puede irritar la piel y ha sido asociado con desórdenes del sistema central nervioso. Los tintoreros deben rehusar el perc al máximo y deshacerse de lo que reste como desecho peligroso, pero hay todavía preocupaciones acerca de la contaminación en y alrededor de sitios que no observan las mejores prácticas. California ha prohibido el uso del perc por los tintoreros para 2023, y varios otros estados podrían imitarle.

Dado los problemas con el perc—y el hecho que la mayoría de las 34.000 tintorerías comerciales de la nación todavía lo usan—muchos consumidores demandan ahora maneras más “verdes’ para limpiar su ropa y tejidos finos. La llamada limpieza “en húmedo”—en la cual profesionales de la limpieza utilizan pequeñas cantidades de agua, detergentes y condicionadores no tóxicos (en vez de perc y otros detergentes “ásperos”) dentro de máquinas especialmente diseñadas para limpiar prendas de vestir y otros tejidos finos—es una de las alternativas más prometedoras.

“Las prendas de vestir son agitadas en la máquina computarizada de limpiado en húmedo sólo lo suficiente para extraer el polvo y la mugre, pero no demasiado para alterar la estructura, el tamaño o el color,” reportea el sitio web Earth911.com. “Las prendas de vestir entonces se transfieren a una unidad secadora de avanzada tecnología que se detiene automáticamente una vez que detecta el nivel prescrito de humedad”. Earth911.com agrega que después de secarlas, las prendas limpias húmedas son planchadas, colgadas y empaquetadas para entrega a los clientes en la tienda o a domicilio—como en cualquier tintorería normal.

La EPA está alentando a las tintorerías a usar solventes más verdes mediante una asociación cooperativa con la industria profesional de limpiados de prendas de vestir y textiles. El plan de la agencia para lograr esta meta (Design for the Environment Garment and Textile Care Partnership ) reconoce el proceso de limpieza en húmedo como “una tecnología ambientalmente preferible que es efectiva en la limpieza de prendas de vestir”.

Otra alternativa verde al perc también está comenzando a vislumbrarse: el uso de bióxido de carbono presurizado (CO2) para limpiar tejidos. El CO2 existe como gas a presión baja pero se vuelve líquido a presión más alta y puede servir como solvente en conjunto con jabón no tóxico para limpiar materiales. “La ropa se coloca en el tambor de la máquina de limpieza en seco y se bombea CO2 frío hasta que, a alta presión, se torna líquido,” informa Corry’s, una tintorería prominente en el área de Seattle. “Después que termina el ciclo de lavado se filtra el CO2, y se relaja la presión convirtiendo espontáneamente el CO2 líquido de nuevo en un gas. El CO2 entonces vuelve al tanque de almacenamiento. La ropa queda limpia, oliendo fresca, y perfectamente seca”.

Hay otros procesos más verdes aparte de éstos. Si una nueva tintorería abre sus puertas en su vecindario, es probable que usen un limpiador menos dañino que el perc. O deberían hacerlo. De modo que asegúrese que lo hagan.

CONTACTOS: Earth911.com; Design for the Environment Garment and Textile Care Partnership; Corry’s CO2 Cleaners.


Querido DiálogoEcológico: ¿Cuáles son las bombillas más “verdes’ en la actualidad? Entiendo que ha habido una reacción negativa contra las compactas fluorescentes porque contienen mercurio.

© Geoffrey Landis, Wikipedia

— Peter Roscoe, Hershey, PA

Hace solamente una década, las bombillas incandescentes eran casi la única opción, a pesar de su uso ineficaz de electricidad para emitir luz y su tecnología primitiva que no había cambiado desde su invención unos 125 años atrás. Pero ahora todo esto está cambiando rápidamente, con retiradas paulatinas de incandescentes en Australia, Brasil, Venezuela, Suiza y la Unión Europea, con Argentina, Rusia, Canadá y EEUU haciendo lo mismo dentro de poco. EEUU aprobó legislación en 2007 para aumentar la eficiencia de bombillas eléctricas vendidas en EEUU en 25 por ciento o más para 2014, y a continuación hasta 60 por ciento más para 2020.

Por décadas, la gente preocupada con el ahorro de energía ha estado recomendando los beneficios de las lámparas fluorescentes compactas (CFLs) en comparación con las incandescentes. Las CFLs utilizan sólo un quinto de la electricidad de las incandescentes para emitir la misma cantidad de la luz, y pueden durar de seis a 10 veces más. Pero el color más frío de las CFL y la imposibilidad de atenuarlas las hacen menos deseables. Otro obstáculo a la adopción general de CFLs ha sido su costo más alto (aunque la mayoría de los consumidores ahorrarían bastante en costos de energía durante la vida útil de la bombilla). También, las CFLs contienen mercurio, una neurotoxina peligrosa que se escapa cuando las bombillas se rompen. Y una vez que las CFLs se queman, deben manejarse con cuidado para evitar que se escape el mercurio al ambiente.

Dados los problemas con CFLs, los LEDs (abreviación de diodos emisores de luz) están empezando a entrar al mercado muy fuerte. Estas bombillas sumamente eficientes no engendran calor como las incandescentes (lo que ayuda a rebajar los costos de aire acondicionado también) y pueden durar cinco veces más que las CFLs y 40 veces más que las incandescentes. Las diminutas bombillas LED han sido usadas por muchos años en aplicaciones especializadas (como marcadores de estadio), pero los luminotécnicos tuvieron la idea de agruparlas en “racimos’ y utilizar superficies reflectoras para capturar y concentrar su luz para uso residencial. En reconocimiento del potencial de las LEDs, el Departamento de Energía de EEUU (DOE) estableció un programa especial de investigación y desarrollo de iluminación “de estado sólido” (LED) para acelerar el avance de la tecnología.

Al comparar el costo total de operar tres tipos diferentes de bombillas equivalentes de 60 vatios durante 50.000 horas (teniendo en cuenta el costo de tanto bombillas como electricidad), el sitio web EarthEasy encontró que las LEDs costarían $95,95, CFLs $159,75 y las incandescentes $652,50. Las 42 bombillas incandescentes probadas agotaron 3.000 kilovatios-horas de electricidad comparado con 700 y 300 para CFLs y LEDs respectivamente. Sin embargo, a pesar de los ahorros la mayoría de los consumidores son reacios a gastar $35 y más por una bombilla LED (aunque ahorrará más de $500 a largo plazo) cuando una bombilla tradicional junto a ella en estante cuesta solamente $1.

Hay aun otras nuevas tecnologías en desarrollo. Vu1 basada en Seattle vende ahora bombillas sumamente eficientes basadas en su tecnología de Electron Stimulated Luminescence (ESL) [Luminiscencia de Electrones Estimulados (ESL)], en la cual electrones acelerados estimulan una capa de fósforo dentro de la bombilla, haciendo que la superficie produzca un fuerte resplandor. Una de las bombillas de Vu1, equivalente a 65 vatios, se vende por menos de $20 y utiliza una cantidad semejante a un CFL equivalente. Y las luces incandescentes no están totalmente caducas todavía. Los principales fabricantes de bombillas lanzaron al mercado recientemente nuevas versiones que utilizan un tercio menos de electricidad para operar (conformándose con los nuevos estándares federales para 2012 ) y prometen que más nuevos modelos consumirán aun menos energía.

CONTACTOS: DOE Solid-State Lighting Program; Earth Easy; Vu1 Corporation.